Reflexiones sobre la resiliencia y la felicidad

Post número 186

De nuevo con vosotros y hoy va de reflexiones, de temas obvios del día a día que cada uno gestiona como puede.

Me parece interesante compartir con vosotros algunas ideas y consideraciones que me hicieron reflexionar a partir de un video en Youtube sobre una entrevista realizada (Aprendemos Juntos, patrocinado por BBVA y El País) al prestigioso neurólogo y psicólogo Boris Cyrulnik cuyo título es Resiliencia: el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional y de un podcast de la psicóloga Miriam Rojas Estapé cuyo título es Escucha esto todos los días!!.  A continuación en cursiva algunos extractos que me parecen muy interesantes empezando por la entrevista al Dr. Cyrulnik:

La definición de la resiliencia no puede ser más sencilla:  es iniciar un nuevo desarrollo después de un trauma.

No puede haber una definición más simple. Lo complicado es descubrir qué condiciones la permiten; es decir, la «segurización», la recuperación, las relaciones y la cultura.

Hay que unir todo esto para responder a esa pregunta. ¿Cuáles son las características de una persona resiliente?

Depende de la manera en que se construye la personalidad.  Depende un poco de la persona y mucho de su entorno: de su entorno antes del trauma y de su entorno después del trauma.

Si alguien está traumatizado, y, después de la desgracia, es capaz de iniciar un nuevo desarrollo, entonces hablamos de «resiliencia».

Para que el niño pueda adquirir los factores que le permitirán ser resiliente, de entrada, hay que transmitirle seguridad. Primero, hay que darle seguridad a su madre.  Porque la vida puede ser muy difícil… pero los dos grandes factores que vulnerabilizan al bebé son la violencia conyugal y la precariedad social.

La definición de segurización es crear un apego familiar.

¿Algún consejo específico para los adultos que quieran desarrollar la resiliencia?

El primer consejo es que no se queden solos. Cuando sufrimos un trauma, estamos tan tristes que nos hacemos un ovillo, apretamos los dientes y nos aislamos, y esto solo agrava, ya que el recuerdo de la herida se refuerza más y más…Solo pensamos en eso y agravamos el sufrimiento. Así que, el primer consejo sería luchar contra uno mismo si nos apetece aislarnos y, sobre todo, hay que hablar o quedar con gente con la que tengamos confianza. Y no tenemos por qué empezar a hablar de inmediato, primero tenemos que sentirnos seguros, como los niños, y luego, cuando nos sentimos seguros, podemos reflexionar y podemos empezar a hablar. Aunque no hayamos sufrido un trauma grave, hay cosas cotidianas que pueden influirnos: un divorcio, un despido…

¿Cómo pueden superarse estas cosas?

Es imposible hacer un baremo de traumas. Si alguien ha sido vulnerabilizado durante su desarrollo, todo puede convertirse en trauma, todo puede ser herida: una mudanza, una mala palabra…porque se le ha vulnerabilizado antes del suceso. Si antes del suceso ha sido reforzado, será muy difícil que se traumatice. Hay gente que atraviesa adversidades tremendas y sufren, pero no desarrollan trastorno por estrés postraumático. Y, al contrario: hay gente que ha sido vulnerabilizada, debilitada, durante su desarrollo, por vivir en la precariedad social, por la violencia conyugal, por haber sufrido y no haberlo podido expresar, por haber ocultado el sufrimiento…En estos casos, cualquier suceso puede dañar profundamente.

La diferencia entre el sufrimiento y el trauma es que durante el sufrimiento estás afligido, ansioso, triste, enfadado…pero el cerebro funciona, mientras que, en un trauma, se ralentiza, casi que no funciona.

No podemos decir que un trauma causa mucho daño. Dependerá de la manera en que nos hayamos construido antes de enfrentarnos a la desgracia o la dificultad y depende del apoyo que recibimos después del trauma. Es un apoyo afectivo.  Necesitamos tener apoyo, y, para eso, no debemos quedarnos solos.

Todas las producciones artísticas están hechas para superar la tragedia. El arte juega un papel muy importante en el proceso de resiliencia. Es verdad que necesitamos una carencia para volvernos creativos.  La carencia invita a la creatividad.

Cuando se habla de resiliencia, también se habla de altruismo. ¿Existe una relación entre el altruismo y la resiliencia?

Hay mecanismos de defensa psicológicos positivos. Cuando hemos vivido una tragedia, estamos a la defensiva.  Necesitamos defendernos. Y cuando retomamos nuestra vida y sufrimos menos, muy a menudo, a la gente le nace un deseo altruista. Tienen ganas de ayudar otros, porque saben lo que es el sufrimiento. Muchos psicólogos se hacen altruistas porque han tenido un problema, un sufrimiento, en la infancia, que los lleva… Les interesa el mundo de los otros. El altruismo es, entre otras cosas, un mecanismo de legítima defensa para combatir el dolor.

Pero hay que tener cuidado con este mecanismo porque cuando te centras demasiado en el otro, puedes acabar por descuidarte tú…….

¿Hay diferencia entre el altruismo y la empatía?

Efectivamente. La empatía es la capacidad de descentralizarse uno mismo para representar el mundo de otro. Los niños privados de afecto y los niños aislados sensorialmente, si no tienen a nadie, no pueden aprender empatía. Si solo se tienen a sí mismos, se balancean, se vuelven grises, se hieren, se dan cabezazos contra la pared……..

Si no hay alteridad, uno mismo es su única alteridad.  No hay altruismo porque no hay empatía debido a la carencia afectiva precoz, muy precoz.

Hay pedagogía de la empatía. Si creamos un entorno seguro para el niño, una vez se sienta seguro, aprenderá a descubrir al otro. Pero solo puede ocurrir si se siente seguro.  Entonces se interesará por el otro e iniciará un proceso de altruismo.

Hay una frase que dice: «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional».

Todos los mamíferos sienten el dolor igual.  El sufrimiento es otra cosa. Si ha tenido una infancia segura, sufrirá mucho menos que alguien que no la ha tenido de pequeño y que percibe la sensación del dolor de forma exacerbada, amplificada. El dolor sin sentido aún duele más.

Los seres humanos vivimos en un mundo de sentido. Necesitamos tener sueños y tener recuerdos para darle una dirección a nuestra vida. Si nuestra dirección viene de un dolor no superado, sin resiliencia, al recibir un golpe, sufrimos muchísimo y sin posibilidad de modificar ese sufrimiento.

Si hemos crecido fortalecidos y con seguridad, recibimos el mismo golpe, una tragedia, pero hemos aprendido a ser más fuertes que el sufrimiento, que el dolor, y entonces sufrimos menos.

Y aquí es donde enlazo con el post de Miriam Rojas Estapé:

Estamos en un momento de la historia donde parece que existe una obsesión por ser feliz.  Es como que hay atajos fáciles, para disfrutar con esto y conseguirás la felicidad rápidamente, pero la felicidad no es eso, la felicidad depende del sentido que cada uno de nosotros le damos a nuestra vida, pero ¿qué sucede?

Que en una sociedad que ha perdido el sentido, en una sociedad que en muchas ocasiones ha perdido el rumbo, a veces hemos sustituido el sentido de la vida por sensaciones (y esas sensaciones pueden ser masajes, comida, alcohol, redes sociales etc); no todo tiene por qué ser malo, pero puede ser autodestructivo cuando sustituye el verdadero sentido de la vida.

Estamos sufriendo constantemente por algo económico, por un tema de salud, por un tema familiar o por un tema profesional; siempre hay algo que nos preocupa y esas batallas nos marcan y cómo lidiamos con esas batallas va a marcar eso que denominamos felicidad, porque la felicidad consiste en conectar con eso bueno qué pasa cada día y que lo malo que sucede cada día esas batallas las sepamos gestionar de la mejor manera posible.

La plenitud es un estado donde yo noto que mis necesidades están cubiertas y no quiero nada más; por lo tanto, uno puede estar sufriendo mucho, pero ser feliz en ese momento porque sabe conectar con lo pequeño y bueno que le va sucediendo cada día.  Es decir, la felicidad está en conectar con las cosas pequeñas que van surgiendo en el día a día. El mejor antídoto al sufrimiento y el dolor es el amor, es sentirse querido, es sentir que no estás solo.  No es indispensable que sea la pareja o familia, puede ser un amigo, un vecino, alguien que nos inspire confianza.

El sistema de creencias es muy importante; todos nosotros tenemos unas ideas prefijadas sobre cómo debe ser la vida, como quiero que me traten, como quiero que se gobierne el mundo, es decir a nivel ético, a nivel moral, a nivel personal y a nivel económico.  Yo quiero vivir en este tipo de casa, yo quiero que mis jefes me traten así, yo quiero que mi pareja me trate de esta manera, yo quiero que mis hijos sean así, yo quiero…………Tenemos unas expectativas, unas aspiraciones personales y profesionales, tanto nuestras como de nuestro entorno.

Hasta el más tolerante tiene un sistema de creencias limitantes.

Muchas veces hay que romper nuestro sistema de creencias porque hace que las cosas que nos cuenten o que nos suceden las vayamos a interpretar de una u otra forma según sea éste.  Este sistema de creencias puede generar mucha resistencia al cambio.

Por otro lado, tenemos el estado de ánimo; si uno está contento la interpretación de las cosas es mucho mayor/mejor.  Hay que conocerse bien, dónde tenemos cada uno nuestro talón de Aquiles que nos impide disfrutar más del día a día.

Normalmente, una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente debido a su capacidad para posponer la recompensa (hoy en día estamos en un momento dónde lo quiero todo y ahora, y quiero sentir ahora y que la gratificación sea instantánea).

Nosotros esculpimos nuestro cerebro en tiempo real según a que prestamos atención; por eso hoy en día según lo que prestemos atención y la capacidad que tengamos de concentración y de atención y esa fuerza de voluntad, va a determinar en gran parte nuestra calidad de vida.

Una de las cosas que nos puede ayudar para fortalecer esta concentración, esta capacidad de prestar atención, esta fuerza de voluntad es aprender a enfocarnos en cosas positivas (p ej. hoy me voy a fijar en tres cosas buenas que me sucedan y voy a hablar de ellas, pensaré que basta mirar algo con mucho interés para que se vuelva interesante, pensaré en intentar saborear todo cuanto me rodea, etc).  Cuando uno consigue enfocarse en algo particular está fortaleciendo su capacidad de prestar atención y si ya le añades el corazón y los sentimientos estaremos cada vez más preparados para conectar más y mejor con el resto de la humanidad.

Espero que este post os guste, os ayude y os invite a reflexionar.  Muchas frases son obvias, pero opino que no por ello menos importantes.

Hasta pronto

Neuro tecnología y Neuro derechos

Post número 176

De nuevo con vosotros.

Ya sabéis que soy candidato y estoy en lista de espera para la intervención quirúrgica llamada DBS (estimulación cerebral profunda) con lo que os podéis imaginar cómo está mi umbral de sensibilidad cuando leo cualquier artículo que ofrezca algún tipo de información relacionada con la comprensión detallada del cerebro humano.


La estimulación cerebral profunda mediante electrodos implantados en el cerebro es un avance en el campo de la biotecnología que ya se ha usado con éxito por más de 160.000 pacientes que sufren Parkinson (según la DBS Guide publicada este mes por la M.J. Fox Foundation), con el objetivo de mejorar su calidad de vida.


Estos días he tenido la ocasión de leer varios artículos de prensa especializada en los que se hablaba de la evolución de la neurociencia y, en paralelo, de la neuro tecnología.


Uno de los proyectos que más avances está logrando en el mapeo del cerebro y el análisis de su comportamiento es la BRAIN Initiative, acrónimo inglés del Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies, radicado en Estados Unidos.


Dotado con un presupuesto de 4.500 millones de dólares, fue la gran apuesta científica de Barack Obama en 2013, cuando anunció que pondría en marcha un programa con el que rastrear de forma minuciosa la actividad de la mente y encontrar herramientas con las que “conseguir una fotografía dinámica del cerebro en acción y entender mejor cómo pensamos, cómo aprendemos y cómo recordamos”.


En 2019, el neurocientífico Rafael Yuste, director del Centro de Neuro tecnología de la Universidad de Columbia (EE. UU.) y principal impulsor del anteriormente citado proyecto BRAIN, publicó un experimento en el que mediante electrodos implantados en el cerebro de ratas podía hacer que los animales vieran cosas que en realidad no estaban ahí. En otras palabras, los investigadores estaban controlando la actividad de su cerebro. Hay científicos que piensan que es solo cuestión de tiempo que se pueda hacer algo similar con seres humanos y por eso es urgente definir y reconocer los “neuro derechos” de las personas.


El proyecto “Neuralink” de Elon Musk, por ejemplo, va un paso más allá: su objetivo es desarrollar una interfaz bidireccional capaz no solo de estimular partes del cerebro, sino también de recibir e interpretar las señales que provienen de él.


En un artículo publicado en enero de 2022 por un periódico español, Rafael Yuste y otro experto hablan de la llegada de un mundo en el que los ciudadanos se conectarán a internet directamente con el cerebro, mediante gorras o diademas capaces de leer el pensamiento. En ese hipotético porvenir, un algoritmo podrá autocompletar la imaginación, como ya hacen los programas informáticos de procesamiento de textos con las palabras. Los primeros dispositivos, todavía rudimentarios, podrían estar en 10 años a la venta en las tiendas de electrónica, según los cálculos de estos expertos. (……….).

El problema ético y social más importante es la tecnología que no está implantada, la que no es invasiva, porque se puede comprar como si fuese electrónica de consumo, no está regulada, y puede llegar a toda la población. (………………) Hay un deseo de avanzar en la neuro tecnología en sí misma, para usos muy positivos: en personas con discapacidad (se incluyen enfermos de Parkinson), paralíticos, gente que tiene una necesidad desde el punto de vista médico. De hecho, ya existe mucha tecnología que se basa en la comunicación entre máquinas y cerebro: implantes cocleares, retinas artificiales, exoesqueletos, brazos biónicos, electrodos que se implan en el cerebro y transmiten corriente a un punto concreto del cerebro para ayudar a pacientes de Parkinson en sus trastornos del movimiento, etc


Uno se puede imaginar consecuencias muy negativas: en la libertad de expresión o en la libertad de conciencia, por ejemplo. Tiene que haber un diálogo, no solo social, también a nivel de gobiernos, que defina el uso de este tipo de tecnologías, para guiarlas por un camino positivo.


Es parecido a lo ocurrido con la irrupción del mundo digital, que ha dejado a muchas personas ancladas en el mundo analógico y que ha significado el que algunas grandes empresas hayan creado antes el hecho o producto (video juegos, análisis genéticos, metaverso, etc) que su regulación por parte del resto de la humanidad. Tenemos derechos humanos definidos para el mundo analógico pero no de la misma forma para el mundo digital (relacionado con nuestra privacidad pensemos en qué le ocurriría a un cartero si abre una carta dirigida a nosotros sin nuestro permiso y pensemos en los miles de correos electrónicos y mensajes que nos llegan o enviamos a través del mundo digital………….).


En otro de estos artículos, para el neurocientífico de la Universidad de Chile Pedro Maldonado “hablamos de intervenir lo más intrínseco del ser humano, la mente, por lo que deberíamos poner urgencia en protegerla y que sea considerado como un derecho humano más”.


Chile se coloca a la vanguardia mundial de los neuro derechos al ser el primer país que discute un proyecto de ley para afrontar los riesgos de la neuro tecnología. El proyecto recoge cinco principios básicos: el derecho a la privacidad mental, a la identidad personal, al libre albedrío de pensamiento, al acceso equitativo a las tecnologías que aumenten las capacidades humanas y a la protección contra sesgos y discriminación.


Sigo leyendo que “además del proyecto de ley, también se contempla una enmienda a la Constitución que defina por primera vez la identidad mental como un derecho que no es manipulable y que se podrá intervenir solo por motivos científicos o de salud”.


PROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL: “Artículo único. – Modificase el número 1° del artículo 19 de la Constitución Política de la República, de la siguiente forma:


1) Reemplácese, en el actual párrafo final y agréguese el siguiente párrafo final, nuevo:


“El desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y se llevará a cabo con respeto a la vida y a la integridad física y psíquica. La ley regulará los requisitos, condiciones y restricciones para su utilización en las personas, debiendo resguardar especialmente la actividad cerebral, así como la información proveniente de ella”.

¿Y cómo se podría “aterrizar” esto a una legislación?


Yuste habla de utilizar algo que ya existe, el “armazón” médico para definir lo que se puede hacer y lo que no; la medicina tiene tribunales médicos (paneles) imparciales que analizan las situaciones más controvertidas o difíciles (ejemplo podría ser donaciones de órganos) ……. Y aplican el principio de beneficencia (beneficiar a la persona), el de dignidad (la persona no es un objeto que puedas manipular, comprar y vender) y el de justicia (que se apliquen las mismas reglas a todos) ……………………….


Entre todos deberíamos decidir y definir cuanto antes qué tipo de humanidad queremos ser y dejarlo escrito en algún documento sobre el que la mayoría del planeta esté de acuerdo (como podría ser la Declaración Universal de Derechos Humanos, que se redactó en 1948).

Hasta pronto