Parkinson; Dr.Jekyll y Mr. Hyde

cala begur

Artículo nº 140

De nuevo con vosotros y hoy sin esquema, ni preparación, pero con todo mi corazón, mis sentimientos, mis ilusiones y mis miedos.  A pelo, post esporádico, de los que siempre pienso que son irrepetibles.  Dedico el título a mi familia dado que me dicen que cuando estoy en fase»On» parezco una persona distinta a cuando estoy en la fase «Off» (afecta igual  al estado de ánimo que al sistema motor).

Llevo unas tres o cuatro de semanas que me encuentro muy bajo, casi tocando fondo.   La bajada es cada vez más pronunciada y, por tanto, la subida requiere un esfuerzo descomunal.  Me cuesta enfocar las cosas física y mentalmente, el negro es más negro y espeso que nunca, el vaso está lleno a punto de colmarse y el depósito de mi gasolina lleva días con la reserva.  La fatiga y el cansancio parecen más intensos que nunca igual que los continuos excesos de sudoración. Unas semanas en las que me he movido con mayor lentitud para todo, mi dependencia para tareas cotidianas ha incrementado, mis períodos en los que soy incapaz de moverme (conocidos como períodos Off’s) son más largos y por tanto más frecuentes, los dolores de espalda y lumbares son más persistentes y profundos, mi postura se encorva hacia adelante cada vez más y con mayor frecuencia, duermo sólo entre 3 y 4 horas diariamente despertándome 4 y 5 veces.

Los ardores de estómago, las náuseas y la sensación de mareo también han tenido su protagonismo.  Comer y tragarme la medicación me cuesta un poco más.

Los problemas de equilibrio empiezan a aparecer, tiemblo más, y una de las grandes novedades es que arrastro mi pierna y pie derecho cuando mi afectación siempre había manifestado síntomas en mi parte izquierda del cuerpo (paso de unilateral a bilateral).  Sigo caminando diariamente 30 minutos de rigor, y en este punto encuentro a faltar la visita domiciliaria que inesperadamente uno de mis ángeles de la guarda ha dejado de hacerme, tras el confinamiento de marzo, abril y mayo.

Dicen que una de las razones del bajón podría ser el efecto de la humedad y las altas temperaturas…….Ojalá sea temporal, por el motivo que sea.  La amenaza constante de la COVID-19 empeora bastante la situación.

bn

La acumulación de tantos días encontrándome mal me llevan a un bajón anímico sin precedentes, una profunda frustración y tristeza, en el que siento necesidad de rendirme, de acostarme y no levantarme más, en el que tengo claro que aporto básicamente problemas y limitaciones a los que me rodean, sin que ello tenga visos de mejorar.

Bajadas y subidas, esfuerzos cada vez más significativos que pasan factura disminuyendo mi capacidad de respuesta para los siguientes……¿pero para qué?

¿Qué motivación me queda, que realmente se mueva a seguir hacia adelante?  ¿O es que esto esta simplemente avanzando, degenerando y yo le veo por primera vez las orejas al lobo?

Pues porque NO ME RINDO y sigo REMANDO ymirando hacia adelante adquiriendo conciencia plena de que me encanta vivir, sentir, estar, por muy mal que vayan o parezca que vayan las cosas.  Ahora, a continuación, le buscaré prosa, adjetivos, explicaciones más detalladas pero la verdad es muy simple:  me encanta vivir y tener esta enfermedad es una putada enorme.

remo

Voy a hacer un repaso de los temas o proyectos que en mayor o menor medida tengo sobre la mesa y que quiero suponer que son los que me mantienen en movimiento (motivación) para seguir hacia adelante:

  • Podcasting «Avanzando Juntos» en Sprike.com. Tengo la posibilidad de hacer alguna entrevista próximamente y, sobre todo, valorar si me encuentro bien y satisfecho con los monólogos.  Disfruto cuando tengo la suerte de contar con alguien con quien departir mediante una entrevista, pero en los monólogos no encuentro la misma motivación. Existe la posibilidad que abandone esta actividad.
  • Publicación del libro  «Controlar lo incontrolable».  Se publicó por planetadelibros.com (Grupo Planeta) como ebook el pasado 14 de julio y supuso cumplir una verdadera ilusión.  La COVID-19 y el hecho de tratarse de un libro electrónico no han facilitado su presentación como pude hacer en los dos primeros libros. Uno de los proyectos que tengo encima de la mesa es su presentación en general y su presentación en alguna empresa (coordinándola con su departamento de Recursos Humanos y centrándola en todo lo relativo a la integridad y a la ética y, en definitiva, a los valores en su concepto amplio) o también en alguna escuela de negocios.
  • Como socio de PEPITA (Plataforma de Enfermos de Parkinson de Inicio Temprano y Amigos) y como miembro de un comité internacional que está preparando el Congreso Mundial de Parkinson que en junio de 2022 se organizará en Barcelona, otro de mis proyectos consistirá en trabajar sobre la realidad específica y diferente de los Enfermos de Parkinson de Inicio Temprano (grupo en el que me incluyo y que crece más cada día) para mejorar en todo lo posible su calidad de vida desde el momento en el que se les comunique el diagnóstico. Me siento afectado, identificado con el colectivo de “PEPITOS” y con ganas de ayudar y crecer como colectivo.  Sería un placer para mi atender a cualquier recién diagnosticado que quiera informarse.
  • La COVID-19 nos obligó a posponer la tercera edición de la caminata Canal Olímpic Walk for Parkinson. Hace un par de semanas, la Michael J.Fox Foundation, de la que soy embajador, lanzó la organización de la primera caminata o carrera virtual que tendrá lugar el 3 de octubre de 2020 siendo el principal objetivo de la misma el recaudar fondos para poder acelerar el camino hacia la curación de la enfermedad.  En este sentido, estoy colaborando como capitán de un equipo llamado YoSoyPepita al que os invito que os suméis haciendo una pequeña aportación en Registro Caminata virtual 5K 3 octubre 2020 .
  • Seguiré ayudando en lo que pueda a la Asociación Catalana para el Parkinson, como he hecho siempre.
  • Posibilidad de escribir un cuarto libro en forma de ensayo que esta vez no tendría nada que ver con la enfermedad. He empezado a escribir varias páginas, pero lo veo complicado por los problemas que tengo para enfocar mi visión a la pantalla del ordenador y para teclear con dedos con los que ya me falla la motilidad.
  • He realizado un curso on-line de Mindfulness en esmindfulness.com y me ha gustado mucho y me ha parecido muy útil. Tengo que practicar mucho más técnicas como la meditación y el yoga.  Por ejemplo, practicar el tener consciencia plena del proceso de respiración me ha ayudado a reducir el nivel de ansiedad y a relajarme y por tanto a mejorar mi estado de ánimo general  reduciéndose también mi rigidez muscular. A los enfermos de Parkinson estas herramientas nos pueden ir bien.
  • Después de la lectura del LIBRO  “Ending Parkinson Disease”, dediqué un post a ello y ahora que han pasado ya unos días y he tenido ocasión de compartirlo con algunas personas, estoy convencido que como sociedad podríamos apretar el acelerador para que se encuentre la curación lo antes posible. No obstante, veo complicado poder mover a la sociedad como se requeriría debido entre otras cosas, al “momentum”.  De hecho, opino que hay una saturación de las posibilidades de algunos actores necesarios por la sobrecarga inmensa de trabajo que está ocasionando la COVID-19

En mi opinión, creo que deberían fijarse prioridades y algunos objetivos concretos, pero aquí el conocimiento, capacidad y experiencia lo tiene, entre otros, la Federación Española de Parkinson y lo único que puedo hacer es ponerme a su disposición para ayudar en lo que pueda.  Algunos posibles objetivos o prioridades podrían ser los siguientes:

  • la creación de un Registro nacional de pacientes de Parkinson o un censo nacional,
  • retomar e impulsar la creación del Centro Nacional de Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas (CNIEN),
  • Garantizar el acceso a un diagnóstico precoz
  • Ofrecer atención y ayuda especial a los enfermos de Parkinson de inicio temprano (EPIT’), debido a que sus necesidades son distintas a la del enfermo diagnosticado a una edad superior a los 60-65 años.
  • Acciones encaminadas a incrementar la investigación
  • Incluir nuevos servicios complementarios en la oferta pública, incrementar la frecuencia o duración de otros (ej. Rehabilitación física)

Y el proyecto más grande e importante es compartir los días con mi familia y disfrutar todo lo que pueda. Tengo que reponerme, ver el vaso medio lleno, y sacar fuerzas de donde sea para escalar la pendiente de la subida, pendiente cada vez más vertical y rocosa. No queda otra.

Hasta pronto !!

acantilados costa

Reflexiones con pandemia, calor y Parkinson

De nuevo con vosotros.   Como muchos sabéis el pasado martes 14 de julio salió a la luz mi tercer libro Controlar lo incontrolable (Click Ediciones, de Grupo Planeta) https://www.planetadelibros.com/libro-controlar-lo-incontrolable/319247 y con ello culminé la materialización de otro sueño.  Un libro que en sí mismo me ha significado superarme, al ser supervisado por profesionales en la materia, al comprobar que “soy de ciencias y no de letras” y que lo de escribir, pues bueno….he recibido mucha comprensión, paciencia y ayuda y, obviamente, por todo ello estoy muy agradecido a numerosas personas que no cito para no extenderme y porque ya lo saben.  Sí claro, el libro habla de Parkinson, pero desde otra óptica centrada en cómo he reaccionado y cómo estoy actuando en mi segunda vida, consecuencia del hecho disruptivo que inesperadamente me ocurrió hace más de 6 años.

Por otro lado, la desescalada de las medidas de protección frente a la amenaza sanitaria del Covid-19 se ha mezclado con la subida de las temperaturas y con ello, muchos más problemas para los pacientes de Parkinson y de cualquier otra enfermedad neurológica. Temperatura alta normalmente nos produce mucha más fatiga, apatía y problemas para seguir determinadas rutinas (como por ejemplo el ejercicio físico diario), más trastornos del sueño y más aturdimiento y dificultades de concentración.  Obvio e importante, acordarse de una buena hidratación y de buscar la máxima eficiencia en los esfuerzos diarios. En mi caso, llevo tres semanas con una rigidez muscular muy superior a la normal, mayor número de rampas, muchas más congelaciones de mi marcha y en general, más, bastante más Off’s diarios. Cuando vienen las bajadas al precipicio, que son más en número y en severidad, surge la frustración, la tristeza inmensa, aquella voz lejana que susurra que ya es suficiente, que no vale la pena luchar, es cuando hay que tirar de memoria y de hemeroteca para comprobar que no se trata de algo nuevo puesto de una forma u otra ya me ocurrió en veranos anteriores.  Además, no hay espacio para la derrota y hay quien dice que derrotados son sólo aquellos quienes bajan los brazos y que los seres humanos podemos levantarnos una vez tras otra por mal que estemos.

Lo que sí que es totalmente nuevo y muy preocupante es la pandemia.  Podríamos hablar horas y días sobre ello, criticar esto y lo otro, a estos y a los otros, pero NO sirve de nada porque esto va de responsabilidad individual, de extremar siempre medidas de protección y cumplir con medidas obligatorias y recomendadas que estén vigentes en cada momento.  Y de aquí hasta que exista medicación eficaz, toca hacer lo que nos digan por duro y grave que nos parezca puesto lo contrario sería sencillamente devastador humana y económicamente.

Mi nueva aventura “Avanzando Juntos” ya incluye unos cuantos episodios y tengo previsto reanudar esta próxima semana con una entrevista muy interesante. Ha sufrido una cierta ralentización a la que espero darle la vuelta durante las próximas semanas.

Contacté con Ray Dorsey, profesor de neurología de la Universidad de Rochester (USA) por un par de cuestiones y para grata sorpresa me acaba de enviar el libro “Ending Parkinson´s Disease” escrito por Ray y tres referentes mundiales como son Tod Sherer (neurocientífico que descubrió a los pesticidas como posibles causantes de la enfermedad y que es el Presidente de la Fundación Michael J.Fox), Bastiaan R. Bloem (profesor de neurología y director del centro de excelencia de Parkinson y trastornos del movimiento en la Radboud University en Nijmegen (Holanda), y cocreador de ParkinsonNet, el programa integrado para el cuidado del Parkinson de los más completos del mundo) y Michael S. Okun (neurólogo, director ejecutivo del Instituto de enfermedades neurológicas de la Universidad de Florida, pionero en tratamientos quirúrgicos para el Parkinson, etc).  En la sinopsis se describe que esta obra pretende un PACTO (PACT en inglés), para Prevenir la enfermedad, para Abogar por políticas en defensa y favor de los pacientes, para Cuidar a los pacientes y para Tratar los síntomas con terapias innovadoras.  El libro promete y yo os prometo compartir aquí con vosotros un resumen cuando me lo haya leído.

Con la finalización de mi tercer libro tendré más tiempo para nuevos proyectos. Música y enfermedades neurológicas puede ser mi próximo reto del mismo modo que buscar mi sitio en aquel lugar (plataforma, asociación o fundación) desde el que pueda sentirme más útil con relación a los enfermos de Parkinson de inicio temprano (EPITs). Ya veremos.

Sobre la marcha, como casi siempre…………..

Hasta pronto

Llueve sobre mojado (con el Parkinson confinado)

Las últimas semanas estamos sometidos a una situación nueva y extraordinaria como es el estado de alarma sanitaria y el confinamiento en nuestras casas como consecuencia de la pandemia producida por el COVID-19.


Es un hecho extraordinario, atípico, histórico y sin precedentes; es algo que si nos lo hubieran dicho hace tres meses no nos lo hubiéramos creído. Posiblemente este 2020 pasará a la historia como el año de la gran pandemia.


Lo realmente trágico es que como consecuencia de este nuevo virus están muriendo decenas de miles de personas y eso es lo realmente importante que nunca hemos de perder de vista. El objetivo es cortar lo antes posible las cadenas de transmisión, para que no haya contagios (y sin contagios no hay enfermedad).

Está siendo muy complicado para todos vivir confinados mientras día tras día no paramos de escuchar el número de muertes, mientras nos asusta el riesgo de ponernos enfermos y nos preocupa la incertidumbre de la duración de toda esta tragedia.

Luego también podríamos hablar sobre muchos temas relacionados, sobre el origen y primeras transmisiones del virus, sobre cómo reaccionaron los primeros países en los que hubo contagios, sobre como reaccionó y qué hizo nuestro Gobierno, sobre lo que se sabe exactamente del virus después de cuatro meses, sobre lo que dicen los mejores especialistas del mundo sobre la situación actual y sobre lo que debería hacerse a corto, medio y largo plazo, sobre la planificación, sobre la seguridad de todos los que de una forma o de otra están a primera línea, sobre el material y su acopio y distribución, y sobre muchas otras cuestiones a cual más importante.


Pero yo, como casi 200.000 familias en nuestro país, desde hace ya más de seis años tengo un problema de salud grave que como sabéis es la enfermedad de Parkinson y ahora más que nunca, pienso que se nos debe considerar y escuchar. Hablamos de un virus convertido en pandemia y yo hablaré un poco de los enormes y graves problemas que padecemos las personas que tenemos una enfermedad aún demasiado desconocida para la mayor parte de nuestra sociedad y que en cambio, los expertos ya la están considerando como otra pandemia. Se estima que los 7 millones de afectados por el Parkinson a nivel mundial se duplicarán en tan solo 15-20 años debido a muchos factores entre los que destaca el aumento de longevidad. Cada vez se diagnostica a más personas jóvenes, si bien es verdad que el avance científico y tecnológico ayuda a que cada vez se diagnostique antes. Un diagnóstico inesperado pero que cada vez más, le puede pasar a cualquiera.


Podrá pareceros que exagero la carga de mis reflexiones, pero os aseguro que voy a ser totalmente objetivo. Somos enfermos crónicos, nuestras funciones motoras y no motoras degeneran con el tiempo (y aparte del paso del tiempo también puede influir un estrés extraordinario consecuencia de impactos emocionales significativos) y aún no existe curación. NO mejoramos como tal, opino que mejoramos si logramos ralentizar (mucho o poco) la degeneración. Estamos y recibimos cuidados paliativos.


Para poder estar lo mejor posible, nos medicamos y necesitamos recibir terapias complementarias como fisioterapia, terapia psicológica, logopedia, terapia ocupacional etc. Es muy importante que estemos lo menos nerviosos, estresados o angustiados posible debido a que esto tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida. El Estado nos cubre el coste de facultativos y medicamentos, pero NO nos cubre las terapias complementarias.

Podemos sufrir hasta casi 50 síntomas distintos. Voy a enumerar solo los más importantes, los que empeoran muy significativamente con el confinamiento y nos ponen en una situación realmente complicada:

Incrementan mucho la rigidez muscular y los temblores. Decrementa significativamente nuestro grado de autonomía y aparece mucho más frecuentemente el dolor muscular/esquelético. Entre otros factores, esto debe al estrés que nos produce la situación de alarma sanitaria (incertidumbre) y al no poder disponer de terapias como la fisioterapia, logopedia, psicología, terapia ocupacional.


Se agudizan mucho los trastornos significativos del sueño. Dormimos menos, peor y molestamos más a los nuestros. Ayer varios compañeros compartíamos que tenemos muchas más pesadillas y nos despertamos gritando a cualquier hora de la madrugada. Durante el día la apatía, la fatiga, el sueño nos impiden mejorar física y anímicamente. Entramos muy fácilmente en un bucle negativo.


• La incertidumbre que vivimos con la pandemia y nuestro “sitio” en ella (nos ven y vemos como colectivo vulnerable, de alto riesgo) nos aumenta significativamente nuestro nivel de ansiedad. La ansiedad nos hace empeorar muchos síntomas y al encontrarnos peor aumentamos aún más la ansiedad y continuamos con los bucles. Incrementa la tristeza y es bastante más probable entrar en una depresión. La pandemia hace que nos sea mucho más difícil, por no decir que imposible, dejar de pensar que padecemos Parkinson. Nos sentimos más frágiles, vulnerables y más incomprendidos (en general).


• Tenemos trastornos del movimiento, la enfermedad detiene la velocidad de lo que nos da vida y energía y para combatirlo necesitamos movernos y caminar diariamente en un espacio abierto porque necesitamos aire puro, sol y mucha vitamina D que tanto nos falta. Estar parados nos incrementa la rigidez, las distonías y nos facilita la apatía y la fatiga. Movernos nos ayuda a generar dopamina y otras sustancias que nos ayudan a estar mejor anímicamente y nos hace más flexibles físicamente.


• La situación de excepcionalidad y de alejamiento conceptual de nuestra zona de confort nos produce una alteración o empeoramiento de otros síntomas menos conocidos:

o Problemas de equilibrio y riesgo de caídas.
o Mayores problemas para tragar (disfagia)
o Sensaciones parecidas a las náuseas
o Alteraciones de la presión sanguínea y sensación de mareo
o Digestiones mucho más complicadas por un mayor enlentecimiento del tracto intestinal
o Sensación de aislamiento, soledad e incomprensión
o irritabilidad
o palpitaciones, sudoración excesiva
o incontinencia urinaria
o trastornos de la visión, dificultad de enfoque, visión doble

Si alguien me escuchara, ¿qué le diría?

En la estrategia del desconfinamiento debería de tratarse a nuestro colectivo de forma parecida a cómo se está planteando para los niños, dado que tanto mentalmente como físicamente necesitamos salir y poder andar y pasear.

Si somos colectivo vulnerable (no hay duda de ello) deberíamos tener acceso prioritario a un test urgente de Covid-19. Sabríamos dónde estamos y se podría monitorizar mejor al colectivo por parte de la Administración. Es algo importante y urgente.

Deberíamos tener acceso telefónico (telemático) tanto con nuestro médico de familia como con nuestro especialista de trastornos del movimiento.

Necesitamos poder recibir terapias complementarias. Gran parte de nuestro colectivo no podemos estar sin recibir estas terapias durante tanto tiempo. Yo he podido hacer terapia psicológica online y en su momento también hice sesiones de logopedia, ambas me ayudaron mucho.

En fisioterapia tengo (me imagino igual que muchas otras personas) un problema, porque necesito a un profesional que me pueda tratar no los 4 o 5 días semanales que me trataba hasta el 13 de marzo, pero sí al menos 2 veces por semana. En estos momentos llevaré casi 40 días sin tratarme y, aparte de sentir dolor con mayor frecuencia e intensidad, empiezo a empeorar significativamente mi rigidez muscular, incrementan dolores en la espalda, abdomen, pericardio, lumbar, etc, e incrementa mi dificultad para estar recto, para andar, para moverme.


En Nota de prensa del 3 de abril de 2020, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España respondían al Ministerio de Sanidad diciendo que ”a la vista de la respuesta de la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) paraliza los trámites judiciales con respecto a la solicitud de acceso a EPIS y suspensión de la actividad por entender en la respuesta recibida que se nos informa de la suspensión y el cierre de los servicios de fisioterapia a excepción de las urgencias imprescindibles e inexcusables”.


Me parece muy correcto todo lo que dicen y piden los fisioterapeutas, con relación a su seguridad y a la de sus pacientes y dejan la puerta abierta a la posibilidad de atender casos urgentes cuando dicen “a excepción de urgencias imprescindibles e inexcusables”. A mi modo de ver, si cualquiera de nosotros tuviera un problema serio durante los próximos días, deberíamos de poder dirigirnos a estos profesionales solicitando ayuda. Otro tema es que ellos tengan el material de protección adecuado y nos puedan atender y dónde. De tener el material, lo lógico es que atiendan a urgencias en su clínica o centro debido al protocolo de desinfección que tiene que haber antes y después de tratar a un paciente.

Pues eso, que nuestros dirigentes se acuerden de nosotros, nos ubiquen donde debemos estar porque nos «llueve sobre un terreno que ya está mojado», que ya ha recibido y recibirá mucha agua y granizo producto de una enfermedad salvaje como pocas que esperamos que cada vez se conozca y sobretodo, que se comprenda más y mejor.

Y antes de cerrar, parte de los enfermos de Parkinson no tenemos más de 60 años por lo que se nos considera vulnerables o grupo de riesgo porque se estima que tenemos mayor probabilidad de que, en caso de infección, desarrollemos una enfermedad más severa y más complicada. En mi caso y supongo que en el del resto, sabemos lo que nos jugamos si en el desconfinamiento salimos sin extremar (y resalto «extremar») todas las medidas de seguridad que nos prescriban. Es un tema de supervivencia... y seguro que entre todos, lo conseguiremos !!!


Hasta pronto

Video de especialista PARKINSON que nos habla sobre COVID-19

De nuevo con vosotros deseando y esperando que todos os encontréis bien.

Comparto con vosotros un video que incluye un menaje importante de un especialista en trastornos del movimiento sobre el Coronavirus COVID-19.

Dr, Javier Pagonabarraga

Sin duda nos alerta para que extrememos los cuidados y el confinamiento para no contagiarnos y nos anima a seguir adelante con fuerza, ilusión y para que nos movamos dentro de nuestras casas unas cuantas veces cada día. Con la información disponible hasta hoy parece que la enfermedad de Parkinson por sí misma no implica ni mayor riesgo de contraer este virus ni que se complique más la enfermedad que produce en caso de contraerlo.

Animo, mucha precaución, no salgamos de casa y hasta muy pronto.